¿Quién no desea avanzar en la vida y conquistar sus sueños? Todos por supuesto. No obstante, son pocos los que lo logran y esto se debe a que han podido superar las marañas mentales con las que han crecido.
Entiéndase por maraña mental aquel complejo que detiene tu potencial, llámese por ejemplo: rencores, miedo al fracaso, baja autoestima, desconfianza, celos, envidias, problemas familiares...etc. Estas marañas son productos de aquellos eventos que marcaron negativamente tu niñez: como la perdida de un familiar o el bullyng que lastimosamente experimentaste en el colegio.
La vida es sencilla, es una linea recta y simple que tiene un objetivo que cumplir: La realización completa de tu ser. Sin embargo, tendemos a crear nudos de alta complejidad con el pasar del tiempo. Pasamos más tiempo sufriendo por un evento doloroso del pasado, que por aquellas cosas que valen la pena luchar, fruto de nuestro presente. Como si a través del dolor, las cosas se pudiesen arreglar fácilmente.
Es por ello, que desafortunadamente, estamos en una constante elaboración de marañas mentales, sin darnos cuenta del daño que éstas nos suelen generar. Nos envolvemos en hábitos que suelen ser perjudiciales para nuestro bienestar, aferrándonos a estas mentiras como si fuesen los únicos que nos brindaran la felicidad o la realización que tanto anhelamos obtener. Es por este motivo, ir en busca de cambios que nos faciliten el camino hacia el éxito.
Los cambios son necesarios y ocurren aún cuando nos pongamos en su contra. La mayoría de los cambios son graduales y llegan sin darnos cuenta. De repente nos vemos celebrando los 18 años de edad en el menor tiempo de lo programado. Visitamos la ciudad donde crecimos y al llegar a ella, vemos como las cosas han empezado a transformarse: Nuevas plazas de mercado, edificios, calles, parques, etc. Con sólo leer esta publicación ya están ocurriendo cambios en tu cerebro, por ejemplo tu nivel neuronal no es el mismo, pues ahora posees una información que antes no tenías.
Ahora bien, si los cambios son constantes y tan evidentes, entonces ¿por qué existe tanta oposición para aceptarlos?
Es increíble ver personas de avanzada edad que dicen no estar listas para afrontar los desafíos que le presenta la vida. Obstinados siempre en su temor al cambio, pierden la oportunidad de transformar su existencia a mejores condiciones. Resultado de ello; El MIEDO.
¿A qué? Te debes estar preguntando. Sencillo, miedo a reconocer los errores, en aceptar que somos imperfectos y que por ende, nos juzguen; en pocas palabras: miedo a afrontar las marañas mentales que nos detienen. Prefieren algunas personas como de costumbre, seguir en la comodidad de sus marañas y no en los desafíos que los llevan a cumplir sus sueños. Cuando se les presenta la oportunidad de cambiar y eliminar sus marañas, surgen argumentos como: No tengo tiempo, estoy muy viejo o joven para eso, si tan solo entendiera por lo que he vivido.
Es tiempo para actuar, la vida y el presente nos lo grita constantemente. Si esperamos el tiempo ideal para tomar acción, vamos a perder un regalo tan valioso que nos es entregado todos los días, como lo es el PRESENTE.
Pregúntate esto: ¿Estaremos al 100% preparados para eliminar nuestras marañas mentales? La verdad es que no siempre o mejor aún, NUNCA. Si esperásemos el tiempo para ser buenos amigos, hermanos, tíos, primos o padres, el concepto de familia y amistad estarían al borde de la extinción. O si nos detenemos a esperar en ser perfectos y no cometer errores, para ser los mejores estudiantes de la facultad de medicina y así ejercerla, las clínicas y hospitales carecerían de grandes profesionales de esta disciplina tan maravillosa de esta modernidad.
Pese a todo los errores, la humanidad ha creado grandes inventos, conceptos y filosofías que le permiten mejorar día tras día. De las equivocaciones surgieron grandes ideales, de las guerras grandes conceptos como la igualdad o los derechos humanos. La experiencia nos enseña que las equivocaciones son oportunidades valiosas que ponen a prueba nuestros talentos para hacernos entender los seres maravillosos que somos.
Tener virtud y excelencia no es producto de la perfección; al contrario, conocemos estos conceptos cuando hemos experimentado el fracaso. La cuestión es que la siguiente: LAS MARAÑAS MENTALES NO PUEDEN SEGUIR DETENIENDO EL POTENCIAL QUE ESTA DENTRO DE TI. EL TIEMPO DE CAMBIAR ES HOY, EL PRESENTE; NO EL MAÑANA.
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